lunes, 1 de febrero de 2010

Cap.2.- El encuentro

Am ¿Si?- contesto él un tanto confundido

¿Oye conoces a muchos famosos, verdad?

Te dire… Haha

Así estuvimos un buen tiempo, Bianca también se había agregado a la conversación, bromeamos, platicamos.

A la mañana siguiente, nos levantamos muy tarde (por la desvelada de la noche anterior), iríamos al centro comercial a comprarnos ropa para nuestro viaje a Londres… empezaba la cuenta regresiva; quedaban tres días.

Le pedí a mi hermano que nos llevara al centro comercial, tarde en convencerlo, pero al final accedió.

tengo que verme hermosa en Londres –Ximena se quedo pensando –bueno aunque siempre lo estoy

Bianca y yo nos quedamos viéndola con una ceja arriba. Toda la tarde nos la pasamos de tienda en tienda buscando lo ideal.

Hay, yo quiero ir con toda mi ropa Dior como la primera dama Francesa –dije mostrándoles una gabardina de esa marca.

Ximena y Bianca soltaron una enorme carcajada. Llegamos a casa exhaustas. Nos dejamos caer en el sillón de la sala. Cenábamos pizza, en la mesa estábamos: mi papa, mi mama, mis dos hermanos, y mis dos amigas. Al día siguiente a las once de la mañana partiríamos a Londres. Estábamos tan emocionadas… bueno al menos yo lo estaba demasiado. Acabamos de cenar y decidimos irnos a dormir, ya que teníamos que estar dos horas antes en el aeropuerto.

Hasta mañana –les desee a mis amigas acostándome

Buenas noches –dijo Bianca desganada y con un gran bostezo

Hay, yo no puedo dormir, estoy tan nerviosa –comento Ximena

Pues nosotras si, así que deja dormir –dijo gruñona Bianca

Después de eso no dijeron nada. Ya se habían dormido… y yo no podía conciliar el sueño. Me puse a imaginar cuando encontraría a Alex. Llegar a Londres y poder verlo ahí esperándome…

Emma, Emma, levántate o llegaremos tarde –escuche una voz entre sueños. Mientras abría los ojos lentamente, vi la cara de Ximena y me sobresalte.

Empezamos a arreglarnos. Nos metimos a bañar elegimos ropa cómoda ya que serian dieciocho horas de ir sentadas. Después de una hora estuvimos listas. Nuestras maletas las habíamos hecho con anticipación, era fantástico que en menos de un día estaría en Londres.

Llegamos al aeropuerto. Ahí habíamos acordado encontrar a los padres de mis amigas. Un señor nos ayudo con las maletas. Entramos al enorme aeropuerto y dimos un grito de emoción. Varias personas nos voltearon a ver extrañadas pero no le tomamos mucha importancia, en estos momentos nada importaba para nosotras. Esperamos acerca de dos minutos para poder encontrar a los padres de mis amigas acercarse. Iban con el fin de despedirse de sus hijas, los padres de Ximena solo se despidieron brevemente eran personas ocupadas. Mientras el “adiós” de Bianca fue largo y nostálgico, su madre lloraba ríos, mientras su hermana hablaba por celular. Mi despedida fue algo inesperada ya que mi hermana menor empezó a llorar (no me llevaba nada bien con ella al igual que con mi hermano).

Se escucho una voz que anunciaba que era la hora de subir al avión. Con lágrimas en los ojos subimos, sin antes que la señora que se encontraba ahí nos revisara los boletos.

Ya arriba del avión me puse demasiado nerviosa, no podía creer que esto me estuviera sucediendo a mí. Era algo tan fabuloso. En el transcurso del viaje mis amigas y yo no cruzamos ni una sola palabra, lo que era demasiado extraño, ya que nosotras no parábamos de hablar nunca, quizás [imagine] seria por los nervios que teníamos. Sin darme cuenta quede en un profundo sueño. Algo vibro dentro de mi bolsillo haciéndome despertar. Era mi celular, tenía un mensaje de texto. Era Alexander, me estremeció. Decía lo siguiente

<>

¿Era verdad todo esto?, después de eso batalle para volver a conciliar el sueño. Calcule que faltaban alrededor de seis horas para llegar a Londres… cerré los ojos.

¡Despierten, ya casi llegamos! –apenas y pude escuchar a Ximena gritar. Abrí dificultosamente los ojos, uno por uno sentía como cada pestaña luchaba por separarse. Me asome por la ventanilla, ya se podían ver los edificios, aunque muy pequeños claro.

La azafata nos dijo que nos pusiéramos el cinturón, estábamos a punto de aterrizar… ya que me lo puse, le mande el mensaje a Alexander como me lo había dicho:

El aeropuerto de Londres parecía un estadio de soccer, era inmenso, fácilmente alguien podría perderse en aquel lugar. Busque con la mirada a Alexander, el había dicho que nos buscaría allí.

Anda, Emma camina –me dijo Bianca dándome un leve empujón.

¡Hay!, ay voy –dije molesta

Decepcionada por no haberlo encontrarlo, salimos del aeropuerto en busca de un taxi.

Miren ahí viene uno –grito muy fuerte Ximena

Lo pararon, y yo camine hacia el lado contrario mirando el mapa de turismo que nos habían obsequiado en el avión…

Disculpa – había tropezado con alguien, y me disculpe sin levantar la cara